Consentimiento informado = Informed consent /
Consentimiento informado = Informed consent /
Juan Siso Martín, Asunción López-Sáez y López de Teruel
Este artículo se encuentra disponible en su edición impresa.
Bibliografía: p. 28
Una vez superada la etapa de paternalismo sanitario, ejercida tantas veces bajo pretexto del principio de beneficencia, la relación asistencial se horizontaliza, se hace simétrica y equilibrada y en este ámbito de "alianza terapéutica" ambas partes, profesional sanitario y paciente, han de conjugar capacidades y limitaciones. El sanitario no puede imponer, con carácter general al paciente, actuaciones (aun asistencialmente correctas) contra la voluntad de este último, pero tampoco al paciente le está reconocido el derecho a obtener una asistencia conforme a sus apetencias, si se encuentran en discordancia con las recomendaciones clínicas concretas del caso, a criterio del profesional sanitario.
Puede compendiarse esto que acabamos de exponer en dos principios básicos:
o El profesional sanitario no está obligado a seguir las peticiones de un paciente si no las considera clínicamente adecuadas, pero para seguir otra actuación distinta ha de contar con la voluntad de aquel.
o En cualquier caso, si el paciente se opone a una actuación sobre él (salvo en las contadas excepciones legalmente recogidas) el profesional puede tratar de persuadirle de su conveniencia, pero jamás podrá actuar contra la voluntad del paciente.
Veamos un breve desarrollo de este criterio básico de respeto a la autonomía y libre determinación de los pacientes. Once the stage of sanitary paternalism is over, exercised so many times under the pretext of the principle of beneficence, the care relationship is horizontalized, becomes symmetrical and balanced and in this field of "therapeutic alliance" both parties, healthcare professionals and patients, must combine capabilities and limitations The health worker cannot impose, in general, on the patient, actions (even if they are correctly correct) against the will of the latter, but neither is the patient recognized the right to obtain assistance according to their desires, if they are in disagreement with the specific clinical recommendations of the case, at the discretion of the healthcare professional.
This can be summarized as just described in two basic principles:
o The healthcare professional is not obliged to follow the requests of a patient if he does not consider them clinically appropriate, but to follow a different action he must have the will of the patient.
o In any case, if the patient opposes an action on him (except in the few exceptions legally collected) the professional can try to persuade him of his convenience, but he can never act against the will of the patient.
Let's see a brief development of this basic criterion of respect for the autonomy and self-determination of patients.
0210-5020
Este artículo se encuentra disponible en su edición impresa.
Bibliografía: p. 28
Una vez superada la etapa de paternalismo sanitario, ejercida tantas veces bajo pretexto del principio de beneficencia, la relación asistencial se horizontaliza, se hace simétrica y equilibrada y en este ámbito de "alianza terapéutica" ambas partes, profesional sanitario y paciente, han de conjugar capacidades y limitaciones. El sanitario no puede imponer, con carácter general al paciente, actuaciones (aun asistencialmente correctas) contra la voluntad de este último, pero tampoco al paciente le está reconocido el derecho a obtener una asistencia conforme a sus apetencias, si se encuentran en discordancia con las recomendaciones clínicas concretas del caso, a criterio del profesional sanitario.
Puede compendiarse esto que acabamos de exponer en dos principios básicos:
o El profesional sanitario no está obligado a seguir las peticiones de un paciente si no las considera clínicamente adecuadas, pero para seguir otra actuación distinta ha de contar con la voluntad de aquel.
o En cualquier caso, si el paciente se opone a una actuación sobre él (salvo en las contadas excepciones legalmente recogidas) el profesional puede tratar de persuadirle de su conveniencia, pero jamás podrá actuar contra la voluntad del paciente.
Veamos un breve desarrollo de este criterio básico de respeto a la autonomía y libre determinación de los pacientes. Once the stage of sanitary paternalism is over, exercised so many times under the pretext of the principle of beneficence, the care relationship is horizontalized, becomes symmetrical and balanced and in this field of "therapeutic alliance" both parties, healthcare professionals and patients, must combine capabilities and limitations The health worker cannot impose, in general, on the patient, actions (even if they are correctly correct) against the will of the latter, but neither is the patient recognized the right to obtain assistance according to their desires, if they are in disagreement with the specific clinical recommendations of the case, at the discretion of the healthcare professional.
This can be summarized as just described in two basic principles:
o The healthcare professional is not obliged to follow the requests of a patient if he does not consider them clinically appropriate, but to follow a different action he must have the will of the patient.
o In any case, if the patient opposes an action on him (except in the few exceptions legally collected) the professional can try to persuade him of his convenience, but he can never act against the will of the patient.
Let's see a brief development of this basic criterion of respect for the autonomy and self-determination of patients.
0210-5020